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Aunque parezca una operación muy complicada, la implantación de prótesis de pene es una cirugía relativamente rápida y con mínimas implicaciones para el paciente, gracias a novedosas técnicas quirúrgicas que permiten acceder más fácilmente a los compartimentos anatómicos donde irán los elementos del dispositivo.

En nuestro centro médico, esta intervención quirúrgica pudiera tardar menos de una hora y se realiza con anestesia local o raquídea, dependiendo de cada caso en específico. De esta manera, el paciente puede quedarse dormido mientras se realiza la cirugía y no inconsciente por anestesia general (como pasa en muchas cirugías).

Previo a la cirugía, el paciente debe someterse a pruebas pre quirúrgicas para conocer el estado de salud del paciente y tomar las previsiones necesarias. Ademas del cirujano debe ser evaluado por el anestesista y cualquier otro especialista de ser necesario. Estas pruebas incluyen:

Teniendo en cuenta el riesgo (mínimo) de infecciones posquirúrgicas, en nuestra Clínica se redoblan todos los esfuerzos destinados a prevenir la aparición de cualquier complicación infecciosa y para ello, se siguen varias acciones que garantizan la seguridad quirúrgica. Dentro de estas acciones se encuentran:

En todas nuestras sedes Andromedi, en Madrid, Sevilla, Tenerife y Málaga, empleamos un enfoque anestésico de seguridad. Es decir, se administra una anestesia local acompañada de una sedación que proporciona al paciente un sueño agradable (que no es la misma situación que una anestesia general).

Este método local conocido como anestesia epidural, logra dormir el cuerpo de cintura hacia abajo. Una vez aplicados los anestésicos y con el paciente dormido, se administra un fármaco vasoactivo localizado para emular la erección y poder medir el implante que mejor se ajuste a su anatomía.

Para introducir las barras de silicona dentro de los cuerpos cavernosos y los otros elementos (bombas y reservorio, en caso de ser un implante de tres cuerpo) se suele emplear la vía de abordaje penescrotal, en la que se realiza un pequeño corte en la base del pene.

La incisión (de unos 3 cm) para poder introducir el implante peneano suele practicarse en el escroto, aprovechando la “cicatriz” natural que tienen los hombres en el rafe medio del escroto. Cuando todo el sistema de la prótesis está en el sitio correcto, el cirujano cierra la incisión quirúrgica con finas suturas.

Dependiendo del tipo de prótesis a implantar, el procedimiento va a cambiar. Evidentemente, esto se debe a que en el caso de las prótesis maleables solo se deben insertar los cilindros, mientras que en las inflables hay más componentes. En la siguiente tabla se describen los pasos de cada intervención.

Gracias al avance de las nuevas tecnologías quirúrgicas y a la actualización de diseños cada vez más vanguardistas, las tasas de complicaciones se ha reducido a menos del 2 % a lo largo de la vida útil del implante, una cifra espectacular al compararla con otro tipo de cirugías.

De acuerdo a un artículo de la prestigiosa revista Sexual Medicine Reviews, de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual (ISSM), los abordajes menos invasivos, tales como los empleados por todos los especialistas de Andromedi, logran reducir la tasa de complicaciones. La investigación arrojó los siguientes resultados:

El postoperatorio tras la cirugía de prótesis de pene no requiere cuidados especiales más allá del reposo relativo y las curas de la herida quirúrgica. El paciente puede abandonar la clínica en menos de 24 horas después de la intervención, salvo en los casos con algún factor de riesgo específico a los que se les aconseja entre 24 y 48 horas de estancia.

Tras cuatro o cinco semanas de adaptación y después de una visita médica para comprobar el buen funcionamiento de activación y desactivación de la prótesis de pene, se puede reiniciar la vida sexual.

A continuación le mostramos un vídeo que contiene imágenes de una implantación de prótesis de pene, en un caso que también incluye una operación paralela de esfínter urinario